El sexo es algo mental

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Publicado por: Admin
Jueves 23 De Mayo De 2013

Dificultad: Fácil.

Texto enviado por Lucía y redactado por diferentes sexólogos.

Aprende a confiar en tu propia belleza

Es frecuente que una mujer tenga miedo de no ser lo bastante guapa, lo suficientemente bonita como para que la deseen. De hecho, cuando un hombre se encuentra en la intimidad física con una mujer, desnuda, muy cerca de él, para él ella siempre es la mujer más bella del mundo.  El hombre se deja tocar, emocionar por la intimidad, en la que se incluyen los defectos. Mostrarse a la pareja en su vulnerabilidad es un bonito regalo; Y tener conciencia de ello permite olvidarse de sus complejos para disfrutar de estos maravillosos momentos. Para que a una mujer le guste hacer el amor, es esencial que se sienta bien, a gusto consigo misma y con su cuerpo. Una preparación antes de hacer el amor es muy estimulante para ella. Puedes darte un baño o ducharte y aplicarte por el cuerpo un aceite perfumado o una crema que suavice tu piel y la perfume con un delicioso aroma.  De esta manera, una mujer se sentirá mucho más seductora, a pesar de que considere que tiene pequeños defectos...

Erotiza el deseo

No pienses nunca que el deseo viene dado de una vez por todas. Hay que cultivarlo, alimentarlo y mantenerlo. Una de las mejores maneras de conseguirlo es la comunicación. Estoy convencido de que hablar es el mejor de los afrodisíacos.


Trata de armonizar tus ritmos

Un hombre no siempre sabe, al principio de su vida sexual, que el orgasmo femenino necesita tiempo. En una mujer, que nunca ha tenido un orgasmo, puede ser necesario practicar 45 minutos de caricias, e incluso más, para conseguir aumentar la excitación lo suficiente como para que su pareja alcance el orgasmo. Y esto incluso a la altura del clítoris.  Como regla general, un hombre alcanza su punto de excitación máxima de manera más rápida, por lo que le suele costar trabajo comprender que la mujer necesite más tiempo... Esta duración tiende a disminuir con la práctica, ya que cuando se utiliza un reflejo, como el reflejo orgásmico, éste se vuelve más activo, más vivo. De ahí, la importancia de aprender a armonizar tus bio-ritmos y a no precipitar el acto. Cuanto más tiempo se aguante, mayor será el placer...


Explora el placer mental

Un juego muy excitante consiste en divertirse realizando una pequeña fantasía sexual, que no comporte ningún riesgo y simplemente para reírse. Por ejemplo, una pareja puede decidir salir a tomar algo sin que la mujer, o incluso ninguno de los dos, lleve ropa interior. Será un secreto compartido, que procura intimidad y la excitación que resulte de ello permitirá augurar como continuará la noche.

Busca el placer

Los hombres deben dejar de pensar que la sexualidad es sobre todo penetración. Hay que conseguir que desarrollen su lado femenino, que acaricien más, que se sientan más cercanos de su pareja. Con esta condición, procurarán y recibirán más placer.

Aprecia el orgasmo sin penetración

Sería muy positivo que las mujeres comprendieran que no necesitan a los hombres para tener orgasmos. La penetración del pene en la vagina no es la única manera para una mujer para conseguir orgasmos. El placer obtenido a través de caricias de todo tipo son tan interesantes e importantes, que merecen la pena ser exploradas, por la diversidad de los placeres sexuales.


Estimula el clítoris

Para enseñar a un hombre como debe acariciar el clítoris de su pareja, es necesario que sea ella la que le enseñe como lo hace ella misma. Esta auto-demostración le enseñará el ritmo, la presión, el lugar, la amplitud, cuando parar y cuando continuar... Ya que se acaricia a la pareja como imaginamos tener que hacerlo y no como la pareja necesita. Esto también es válido para acariciar el pene del compañero.


Aprende el arte de "aguantar"

Para mejorar su sexualidad, un gran número de hombres tienen tendencia a llevar al extremo su tensión muscular. Algo completamente contra-productivo. Contraer los músculos de los glúteos puede dar una impresión de poder, pero en realidad, tiene tendencia a disminuir la erección (la sangre, en lugar de dirigirse hacia el pene se queda en los músculos de los glúteos) y a demás, tiende a acelerar la eyaculación. Por ello, es preferible relajar estos músculos durante el acto amoroso. Y aguantarse, para prolongar el placer.