Dificultad: Fácil.
De pequeños todos hemos disfrutado jugando con globos, por tanto, toda idea que relacione globos despertará una sonrisa juguetona e infantil en el fondo de nuestra memoria. Este efecto, no pasa desapercibido para el buen romántico así que le sacaremos partido para dar una buena sorpresa.
La idea más básica y sencilla a la que se puede recurrir es la de adornar una habitación con globos para cualquier tipo de ocasión, ya sea una fecha especial o simplemente un día cualquiera en el que nos encontramos con ganas de sorprender. Sed imaginativos, hay globos de muchos tipos, texturas, formas, colores, con dibujitos....
Un paso más allá, es el de inundar literalmente el lugar en el que vamos a sorprender a nuestra "víctima". En este caso, más vale que os hagáis con una gran cantidad de globos, ya que, por ejemplo, con una centena apenas da para llenar el suelo de una habitación de unos 9 metros cuadrados. Esto quiere decir que será imprescindible que os arméis de paciencia y aire para llenar los globos necesarios para inundar a un sitio. Si podéis contar con algún amigo que os eche una mano, mejor que mejor. El resultado final debería ser similar a una piscina de bolas como la de los niños pequeños, aunque llena con globos en este caso.
Nuestra piscina de globos admite diversa sofisticaciones que pueden darle un toque aún más especial a la sorpresa. Por ejemplo, podéis llenar algunos globos con notitas, de modo que tras ser explotados, el sorprendido pueda sorprenderse al cuadrado tras leer algún piropo, una pista del lugar en el que le habéis escondido un regalo o una acción picante a realizar.
En esta misma línea podéis crear un sencillo juego: hay que hacer lo que la notita del globo diga. Llenad muchos globos con notitas y tendréis una divertida (y quién sabe si picante) forma de disfrutar varias horas con vuestra pareja.