Regalar una estrella

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Publicado por: Admin
Jueves 23 De Mayo De 2013

Dificultad: Fácil.

En el jardín de estrellas que tenemos en el cielo, cada estrella y cada constelación tiene un nombre. Una sorpresa preciosa podría ser nombrar una estrella en honor de alguien especial, pero claro, miráis arriba y todas las estrellas que veis tienen su nombre y apellidos. Para nuestro alivio, hay muchísimas estrellas en el cielo, tantas que la gran mayoría no tienen nombre. Estas estrellas a las que nos referimos escapan a nuestros ojos, pero no a los sofisticados artilugios que la NASA y otras organizaciones astronómicas emplean para rastrear el espacio.   Diariamente se descubren muchas estrellas y pese a que no pueden verse a simple vista, se sabe en qué lugar de la bóveda celeste están  por su cercanía a constelaciones o estrellas visibles.

Cuando una nueva estrella es descubierta, es añadida a la base de datos de estrellas e identificada con un código en función de su localización. Este código es el "nombre" oficial de estas estrellas, sin embargo hay empresas que se dedican a establecer correspondencias entre estos códigos de estrellas no bautizadas y el nombre que queramos dar a la estrella. Es decir, estas empresas nos permiten bautizar a una estrella por un módico precio, aunque de forma no oficial, todo hay que decirlo.

Cada cierto tiempo estas empresas publican un libro con todas estas correspondencias, o dejan copias del registro en instituciones en su afán por dotar de cierta oficialidad al bautismo, pero insistimos en que no se trata del nombre con el que los astrónomos trabajan (algo lógico, por otra parte. ¿Os imagináis a un científico hablando sobre la estrella "Tía Juani"?). Por tanto, una opción más económica, e igualmente válida, para llevar a cabo la sorpresa es que fabriquéis vuestro propio certificado de bautismo estelar  (podéis usar como modelo alguno de los que vienen en las webs de las empresas que se dedican a bautizar estrellas), aunque en este caso no quede constancia del bautismo en ningún libro ni en ninguna base de datos.

Tras el párrafo anterior, alguno se puede sentir algo decepcionado con la idea. ¿Dónde está vuestro espíritu romántico? Lo importante es el sueño, la intención detrás del gesto, el estar con tu pareja contemplando una constelación y decirle "ahí está la estrella que lleva tu nombre; ¡el mundo tiene constancia de ello!". ¿Qué más dan la oficialidad y la burocracia cuando lo que importa es la magia que envuelve la sorpresa?   Sed románticos y regalad una estrella.