Dificultad: Media.
Idea enviada por: una romántica anónima.
Nunca le di grandes sorpresas a mi novio, pero recuerdo con cariño una tarde en que preparé una noche de lo más picante...
Yo llevaba seis meses dando clases de danza oriental. Él nunca se interesó mucho por mis progresos, así que decidí sorprenderle con “La Danza de los Siete Velos”. Reconozco que aún no manejaba bien la técnica, pero cuando la adornas con otros detalles, puede resultar algo muy especial. Recuerdo que puse velitas por todo el dormitorio, incienso, música… y cuando llegó de trabajar le vendé los ojos y le llevé a la habitación.
Él se tumbó en la cama y cuando yo estaba preparada con un mini-tanga y siete pañuelos de seda anudados a la fina tirita, se quitó la venda y comencé a bailar. Eran movimientos muy suaves y sensuales...
Él se quedó boquiabierto, no se esperaba algo así.
Me fui quitando los velos poco a poco hasta que me quedé prácticamente desnuda. No pude terminar porque él se acercó y comenzó a besarme por todo el cuerpo.
Chicas, si os ha gustado mi idea pero no tenéis conocimientos de danza oriental ni tiempo para comenzar a disfrutar de este baile tan gratificante, no os preocupéis. Tan sólo tenéis que dejar volar vuestras artes seductoras y deleitar a vuestro hombre con un baile erótico, con movimientos suaves y armoniosos.